Anhelo a Verde

“Hogar”.

Saboreo sus sílabas despacio, como si nunca antes hubiera pronunciado tal palabra.

Las aguas inundan mis venas, hasta hacer brotar ríos verdes que recubren la superficie de mi piel.

Aguas frías que me recuerdan a las recubrieron mis raíces al nacer.

Siento mis carnes blanditas cociéndose bajo los rayos del sol.

¿Quién me ha quitado la coraza capricorniana? Echo en falta el corset lunar que me protegía de tanto sentir.

Queda cerrado el círculo del destierro. La espiral ha sido reconocida y honrada

Despojadas quedan las almas de los papeles asignados por el Karma y las lágrimas se acumulan a mis pies.

Preciada tristeza. Pura como ella sola. No hay sufrimiento, no hay dolor. Solo sentir en lo más profundo el anhelo a hogar.

Ese hogar que tan lejos queda y que, por primera vez, vuelvo a reconocer como parte de quién soy.

Recurro al teléfono para sentir el son del Lorenzo acercar el cantar de mi río adorado a mis oídos.

Me quedo un rato mirando a los ojos a la melancolía agradeciendo su mensaje sin más.

Podría quedarme buceando en esta tristeza gustosa, volviendo invierno el brotar del verano.

Pero un pelaje siamés se acerca a mi rostro y me seca las lágrimas con dulzura. Él también es hogar… y el hogar que siento con mi dragón compañero, el hogar de mis hadas y duendes cómplices y todos los hogares que quedan por descubrir y habitar.

Gracias.

En el fondo volver a abrir la puerta de mi hogar primigenio es reflejo de haber abrazado al fin todas sus enseñanzas, agrandando un poco más el hogar que llevo dentro, cada vez más amoroso, cada vez más acogedor, cada vez más de verdad.

Feliz plenilunio de miel, girasoles 🌻.

Con Amor,

Vanja 🪞 Artistrologie