MEMORIAS DE FUEGO, MAR Y BOSQUE

Un rayo de luna me hace cosquillas en la nariz y me despierta de mi sueño.

—Sígueme —me susurra.

—¿Pero si es de noche…?

—Tengo una sorpresa para ti —me dice.

Me refugio en mi abrigo más cálido y la sigo en silencio.

Los primeros pájaros comienzan a cantar, y mi corazón me guía hasta el océano.

Allí brilla ella, majestuosa, mientras se prepara para su baño de mar.

—¿Ves mi reflejo? —me dice.

Está fragmentado en miles de partes que danzan y se pierden en el vaivén de las olas.

—Si solo vieras esos fractales, ¿adivinarías acaso la semblanza de mi esencia verdadera?

—Sería imposible.

—Lo mismo ocurre contigo en este momento. Son tantas las emociones y las memorias de esta y otras vidas que han eclosionado en tu interior en los últimos tiempos, que la percepción de ti misma se ha esparcido en el relato de cada uno de esos fragmentos.

Así es la experiencia humana. Tu alma, deseosa de sentirse en carne y hueso, ha elegido ramificar su evolución en infinitas aventuras a través de tiempos y lugares. Ahora, todos esos caminos se reconducen de vuelta a ti, que estás abriendo tu percepción a cada uno de ellos.

¿Te das cuenta del regalo? Es como si yo pudiera sentir la vida de cada uno de los reflejos de mis rayos de luna y se me permitiera danzar con las olas desde su individualidad.

Cuando la historia de cada uno de esos fractales despierta en ti y sientes que su energía se apodera de tus aguas, siéntela y a la vez obsérvala. Empápate de toda esa vida y esos aprendizaje y vuelve a recordar la plenitud de tu esencia.

Es el momento de devolver cada rayo a la luz primigenia de tu corazón, a tu hogar — concluye la luna, sonrojándose mientras se desnuda para sumergirse en las aguas más profundas. Y justo antes de desaparecer, me entrega una caracola de nácar.

La reconozco. Es la caracola que custodia mis nuevas raíces, hechas de presente y no de historias pasadas. La entregué a la orilla un plenilunio, hace un año.

La acerco a la oreja y escucho una canción que dice que la cosecha está madura, que me despida de esta orilla y que ha llegado la hora de moverme a los bosques de mi siguiente sueño.

Feliz plenilunio, almas de brilli brilli.

Con Amor,

Vanja ✨ Artistrologie